"Se necesita fortalecer la arquitectura institucional iberoamericana para cumplir con los ODS", defiende Juan Moreno, director de CIDES
23/08/2017

Juan Moreno Lobón, director Ejecutivo del Centro Internacional de Desarrollo Sostenible en Panamá participa en diversas actividades del Eima 2017, como la sesión dedicada a la Incorporación de los ODS y compromisos por el clima como marco político-estratégico. En esta entrevista responde a numerosas cuestiones sobre la sostenibilidad en Iberoamerica, como la adaptación al cambio climático, al papel de las ciudades y de la innovación en la mejora del ambiente. Para él, es fundamental la consolidación de una arquitectura institucional que ayude a dar el máximo valor a los esfuerzos que llevan a cabo diversos agentes y países en favor del desarrollo sustentable.

Juan Moreno Lobón (izda.) y Gonzalo Echagüe durante una sesión del Eima 2017.


 
PREGUNTA.- ¿Qué impresión general le produce el encuentro Eima 2017 y el 60º Congreso ACODAL? ¿Cuáles son los puntos fuertes de un evento de este tipo?

RESPUESTA.- Me generó una impresión positiva por la cantidad de gente que asistió, por la concurrencia de empresas gestoras de I+D+I, la calidad de la agenda temática en áreas del desarrollo sostenible, la puesta en escena sobre la posibilidad de racionalizar la agenda global (los 17 ODS y la COP 21), la calidad de los expositores, y la capacidad para concitar una diversidad de actores (empresas, entidades de gobierno, instituciones académicas, organismos internacionales y ONGs). Tanto el desarrollo del evento como los resultados son el tributo de un proceso de planificación bien pensado y altamente coordinado.

P.-¿Y cuáles son para usted los puntos fuertes de este encuentro?

R.-Los puntos fuertes de un evento de esta naturaleza están en la consistencia entre el propósito que se propone alcanzar y los medios que se requieren para lograrlo. También en la capacidad para articular alianzas entre diversas organizaciones que trabajan para un mismo propósito, en la confianza que proyectan los organizadores y en la eficacia de la estrategia de comunicación.

P.-El cumplimiento de los ODS es uno de los asuntos principales que se abordan en el Eima 2017. ¿Cuál es el valor que tienen para la sociedad estos objetivos de Naciones Unidas?

R.-Es la primera vez, en mucho tiempo, que la sociedad global se propone decididamente la búsqueda de unos propósitos que permitan la coexistencia entre los humanos y, al mismo tiempo, la edificación de una relación sostenible entre los humanos y el mundo natural. Se trata de una nueva referencia ética que invita a las sociedades nacionales a trabajar sobre un imaginario colectivo donde todos los sectores se sientan reflejados en la organización y distribución de la vida material.

P.-¿Y cómo ve usted el cumplimiento de los ODS en Iberoamérica?

R.-En lo que toca a Iberoamérica, soy optimista en el compromiso y en las tareas que se acometerán para el cumplimiento de los ODS; no obstante, habrá que tener presente que se trata de modificar una geocultura que ha guiado por aproximadamente 250 años, o un poco más, nuestra forma de pensar, de hacer y de relacionarnos. Iberoamérica, por su historia y proyectiva, debe estar en capacidad de reconocerse como un espacio propicio para proponerse colectivamente el cumplimiento de los ODS. Este desafío, sin embargo, convoca a la necesidad de fortalecer la arquitectura institucional iberoamericana, apalancando instancias de cooperación y diálogo existente, como también la posibilidad de crear instancias que hagan más efectivo el relacionamiento entre empresas, academias, centros de investigación, centros de innovación, parques tecnológicos, etc. En el mismo sentido, la cooperación debe ser pensada y realizada para la transferencia de competencias y capacidades donde los distintos países alcancen beneficios duraderos como resultado de dicho relacionamiento. Iberoamérica, para el cumplimiento de los ODS, requerirá cambiar el carácter de la cooperación y, para ello, será conveniente establecer un sistema de gestión y coordinación que al mismo tiempo trabaje en el nivel global, regional, nacional, sub-nacional y local.

P.-¿Cuál es su opinión sobre la situación actual de la sociedad internacional en la lucha contra el cambio climático?

R.- La COP 21 y el actual acuerdo internacional para la mitigación del cambio climático es el resultado de múltiples esfuerzos, cuyo origen puede encontrase en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, firmada en 1992. Al igual que los ODS, se trata de una decisión de alcance global que demuestra el estado de conciencia y madurez al que ha llegado la sociedad global sobre los riesgos que implica continuar promoviendo estilos de desarrollo que agotan los recursos originales, provocan la contaminación del ambiente y producen inequidades económicas y sociales. La lucha contra el cambio climático será progresiva y la sociedad internacional está obligada a diseñar estrategias de corto, mediano y largo plazo. Creo que lo más importante en esta etapa es en nivel de conciencia y el ambiente que se ha generado en los foros internacionales sobre la urgencia de encarar con responsabilidad el problema. Haber precisado que cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior desde 1850 deja en la mente de la sociedad internacional el origen y complejidad del problema. Habrá gobiernos que por la naturaleza de sus complejos industriales y por una visión desfasada sobre la vida del planeta no terminarán de entender el momento actual y la importancia de tomar medidas urgentes para contribuir a la mitigación del cambio climático; sin embargo, también estaría de acuerdo en que la conciencia global y nacional sobre la necesidad de encarar responsablemente estos desafíos estará por encima de cualquier decisión de los gobiernos centrales.

P.-Con respecto a la adaptación al cambio climático y la mejora de la resiliencia, ¿cómo cree que se encuentra la situación en Iberoamérica? ¿Cuáles son las medidas más importantes a llevar a cabo?

R.-En la última década, desde que se conociera el cuarto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), se ha hecho notoria una mayor conciencia por parte de las sociedades iberoamericanas sobre los riesgos que representa el cambio climático para la vida en general. En la mayoría de los países iberoamericanos se han generado espacios para analizar con cierta frecuencia las capacidades nacionales para enfrentar el cambio climático; pero de igual manera las agencias internacionales, centros de investigación y ministerios han promovido espacios para reuniones especializadas tanto en el plano internacional como nacional y local. A nivel iberoamericano, instituciones de gobiernos, ONGs, centros de investigación, agencias y organizaciones nacionales e internacionales han desarrollado importantes esfuerzos para hacer conocer el estado del clima a través de diversos medios de comunicación.
Se requiere afinar el marco de actuación y de gestión para la adaptación al cambio climático y mejora de la resiliencia en el espacio iberoamericano, como también una arquitectura institucional que viabilice el fortalecimiento de redes de investigación y un sistema de base de datos para toda la región. Se debe generar un sistema de gestión del riesgo para la prevención de desastres que articule iniciativas de prospección, políticas correctivas y estrategias para responder a emergencias. Sólo que la efectividad de la gestión del riesgo requiere de planes territoriales para que la mejora de la resiliencia sea orientada en el nivel regional, nacional y local. Los planes de gestión del riesgo, además, deben estar apalancados por programas de fortalecimiento de capacidades adaptativas, educación ambiental y los pobladores deben ser los principales gestores del riesgo.

P.-¿Qué papel tienen las ciudades? ¿Cuáles son los frentes principales que deben abordar las ciudades iberoamericanas en la conquista de la sostenibilidad ese campo?  

R.- El objetivo 11 de los ODS define un marco de actuación al proponerse lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Sobre esta referencia habrá que reconocer que las ciudades, como cualquier espacio territorial, son escenarios donde se generan las relaciones económicas, sociales y ambientales y no solamente el marco espacial que delimita el dominio de la ciudad misma. Por tanto, cualquier proceso de planificación sobre un nuevo paradigma deberá tomar en consideración que las ciudades son una construcción humana y el conocimiento de las mismas implica el conocimiento de los procesos de organización y producción que ocurren al interior de ellas. En ese sentido, el camino a seguir seguramente está formulado en la Meta 11.3 ("Para 2030, mejorar la urbanización y la capacidad incluyente y sostenible para una planeación y la administración participativa, integral y sostenibles de asentamientos humanos en todos los países").
Sugiero, además, que antes de priorizar sobre los frentes principales que deberán abordar las ciudades iberoamericanas, será conveniente concentrase en el diseño de planes estratégicos en función de la Meta 11.a ("Apoyar las relaciones económicas, sociales y ambientales positivas en las áreas urbanas, peri-urbanas y rurales, mediante el fortalecimiento de la planeación del desarrollo nacional y regional").
La planificación sobre el saneamiento deberá contemplar programas de educación ambiental a través de documentos guías, estándares y herramientas; debe orientar en la conformación de alianzas globales, regionales, nacionales y locales para promover mayores nivel de inversión en el sector; y deberá proponer criterios para capacitar a los gestores del sector. La planificación y el diseño urbano deben concentrase en crear ciudades que valoren la accesibilidad y la convivencia.
Por su lado, la gestión de residuos requiere inscribirse en una estrategia de gestión sostenible que considere la existencia de un portafolio de oferentes de servicios ambientales, el cual debería estar sustentado en tres principios: a) programas para reducir el mínimo de residuos en los procesos de producción, b) incentivos para reducir las modalidades de producción y consumo no sostenibles, c) promover capacidades de investigación y diseño de tecnologías ecológicamente racionales.

P.-¿Cuál debe ser el motor de cambio hacia una sociedad más sostenible? ¿La iniciativa privada? ¿El papel de los gobiernos? ¿Cómo conseguir que la inversión y la economía caminen por la senda de la sostenibilidad?

R.-El motor de cambio hacia una sociedad más sostenible, entre otras cosas, implica reconocer las causas que han conducido a la insostenibilidad de un modo de pensar y ejercer la realidad, que quizá tuvo su génesis terminado el periodo preindustrial. Se trata de un modo de desarrollo, inspirado en modelos de crecimiento económico, donde el conocimiento es una fuente de dominación y control de la naturaleza, también de la opresión de unos humanos sobre otros, más no un fundamento de coexistencia entre los humanos y entre los humanos y el mundo natural. Actualmente los gobiernos y la empresa privada cuentan con un instrumento que no poseían en el pasado. Me refiero a la agenda global como marco de referencia para el diseño de las estructuras institucionales, de las políticas, estrategias, planes de desarrollo e instrumentos de medición para avanzar hacia una sociedad más sostenible. En ese camino, creo que el motor de cambio estará en función de la capacidad de imaginar desde la prospectiva una sociedad sostenible y los medios que conducirán hacia el logro del propósito. Por tanto, el papel tanto de la empresa privada como de los gobiernos deberá ser complementario a ese propósito y, de allí que, corresponderá a la empresa privada hacer una apuesta de transitar de los procesos económicos lineales hacia la economía circular. Los gobiernos, por su parte, están obligado a ejercer cambios significativos en la asignación de recursos sobre la base de priorizar la conservación de los mismos al tiempo que los subsidios y privilegios concedidos por los gobiernos a organizaciones privadas y familias deberán limitarse a la gestión económica sostenible. El desarrollo sostenible requiere que la economía y la inversión sean sostenible. Por ello el desarrollo sostenible procura la integración necesaria entre los económico, lo social y lo ambiental. Habrá que tener presente, en consecuencia, que la inversión y la economía no se deciden sólo en el campo económico.

P.-¿Qué papel puede jugar la innovación en el objetivo de conseguir una sociedad más sustentable?

R.- El avance científico y tecnológico es inherente a la evolución humana, pero ¿estamos haciendo un uso adecuado de las invenciones e innovaciones para que sean medios eficaces para el desarrollo sostenible? Estas son preguntas que no sólo deben estar en la cotidianidad, sino que deben ser tratadas al momento de pensar en la racionalidad de la agenda global. La Microelectrónica, por ejemplo, en su aplicación, puede ser un extraordinario medio para mejorar los pronósticos del clima y anticipar los riesgos naturales y catástrofes, pero se puede convertir en un peligro cuando la información generada se monopoliza y se utiliza para uso exclusivo; también puede resultar muy beneficiosa cuando se ponen al alcance de productores y consumidores una red de información sobre precios, mercados y tipo de cambio, y muy lesiva cuando la red es controlada por especuladores del mercado. La Biotecnología, por su parte, ha sido matriz de grandes avances en la producción de alimentos y en las condiciones sanitarias y nutricionales de la población, así como en la cura de enfermedades, pero ha sido fuente de la pérdida relativa de suelos fértiles y, además, por los altos costos de los equipos tecnológicos ha implicado concentración de uso favoreciendo la agricultura de exportación, en detrimento de la producción alimentaria en los mercados internos.

P.- Durante el Eima 2017 se celebra el IV Diálogo de Redes Iberoamericanas. ¿Qué papel juegan las alianzas entre actores diversos en la lucha por la sostenibilidad?

R.- La lucha por la sostenibilidad constituye un imaginario colectivo y sólo será viable en la medida que se establezcan alianzas entre múltiples actores (Academia, Investigación, ONGs, Empresas, Organismos Internacionales, Agencias de Gobierno, etc.). En ese sentido el ODS 17 (Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible) , abre un espacio importante para definir planes de acción desde las demandas estratégicas iberoamericanas. Me refiero, por ejemplo, a la necesidad de trabajar en el fortalecimiento de una arquitectura institucional que contribuya al cumplimiento de los ODS, un sistema de gestión iberoamericano que posibilite la viabilidad de los acuerdos globales, regionales, nacionales y locales. Por consiguiente, la alianza entre los diversos actores es un medio eficaz para apoyar el trabajo de las instituciones vinculadas a la Red y, a la vez, es un medio de articulación para la acción cooperativa en la lucha por la sostenibilidad.
 
P.- Por último, le invitaos a comentar los aspectos más importantes del trabajo que usted lleva a cabo ahora mismo y cuáles son los campos de su interés en este momento.

R.- El CIDES promueve, facilita y apoya iniciativas de gestión integrada del conocimiento que articulen la investigación, la educación y transferencia de conocimiento y el desarrollo de sistemas de apoyo a la toma de decisiones, de forma tal que estén al servicio del desarrollo sostenible. Por lo tanto, las iniciativas del CIDES, en este campo, tienen como guía los siguientes principios fundamentales: a) el abordaje interdisciplinario de los problemas del desarrollo sostenible a partir de un enfoque ecosistémico, b) la atención a las interacciones entre las dimensiones sociales, económicas y ambientales, c) la atención a las interacciones en los procesos y acciones de desarrollo que ocurren a niveles globales, regionales, nacionales y locales.
Recientemente hemos culminado la fase de reorganización de los órganos de gobierno y de asesoría del Centro Internacional para el Desarrollo Sostenible (CIDES). Los aspectos más importantes de la agenda de trabajo, se ha centrado en seis políticas que orientan la acciones del Centro: a) fortalecimiento de los órganos de gobierno y asesoría, b) visibilizar el CIDES a través de una estrategia de comunicación determinada por su naturaleza y las políticas orientadoras, c) contribución a la inserción de los miembros de la red en espacios de diálogo internacional sobre desarrollo sostenible, d) fortalecimiento de las relaciones de cooperación con los miembros de la red para el diseño y ejecución de programas y proyectos en áreas temáticas del desarrollo sostenible, e) promoción de los modelos de gestión integrada del conocimiento como herramienta para el cumplimiento de los ODS y los Acuerdos de París, f) gestión para el fomento de espacios de diálogos iberoamericanos para la implementación de los acuerdos globales.
 

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